viernes, 28 de febrero de 2014

Me gusta la ciudad en la que vivo desde hace cincuenta y siete años, me gusta pedalear y patear los madriles, así en plural. Amo esta ciudad y porque la amo la quiero más limpia, más verde, más democrática, más tolerante, más diversa, más honesta. Madrid ciudad de aluvión donde todos venimos de acá y de allá, metrópoli cosmopolita donde conviven docenas de lenguas y culturas. Ese es el Madrid que me gusta, el de sus gentes, en el presente y en su historia. Madrid mestizo, Magerit medieval, vivo en La Morería, Madrid chino, árabe, francés, camerunés o nigeriano, rumano, ecuatoriano, argentino o filipino como antes fuera asturiano, manchego, gallego o andaluz.
Me duele el dolor de las gentes del Madrid de hoy, la pobreza, el paro, el sistemático abuso de poder que cometen el Ayuntamiento y el Gobierno de la Comunidad. Madrid institucional, corrupto, autoritario, hipercentralizado, cerrado a cal y canto a la participación democrática de la ciudadanía. Ese Madrid del poder insolente de una oligarquía financiera que nunca cambió de manos tras la muerte del dictador, que ha sido capaz de comprar voluntades y desarbolar a una oposición acostumbrada al pesebre del reparto de la tarta institucional.
Ahora los edificios históricos de la Banca en Canalejas y la calle Sevilla quieren convertirlos en un centro comercial y hotel de lujo con tropecientas plantas de aparcamiento subtrerraneo para la élite del consumismo mundial. En 15 días se cargaron la protección histórico artística de los edificios víctimas del cáncer especulativo. Naturalmente para el proyecto resultan un estorbo las manifestaciones en la Puerta del Sol, los parados, los transeuntes, los inmigrantes, los friquis y en general cualquier individuo que no vaya precedido de un alto poder adquisitivo.
¿Pero es que nos hemos vuelto locos? ¿Cuanto tiempo van a seguir robándonos la cartera desde el poder políticofinanciero?
En este blog pretendo hablar de esta ciudad que tanto me gusta y tanto me duele pero de la que espero un futuro muy diferente al que planean "los mercados" y sus secuaces atrincherados en el Palacio de Cibeles, capricho del alcalde Faraón, reconvertido a lider en el Gobierno de la España Nacional Católica .
Madrid necesita una descentralización que devuelva competencias y presupuesto a los disritos e incentive la participación ciudadana en los barrios. Los propios distritos deberían tener su alcalde o presidente de distrito como sucede en Paris, en Viena, en Londres... No tiene sentido que tres millones de habitantes estemos sometidos al yugo hipercentralizado de una admninistración municipal parasitada por el rodillo de la mayoría del partido gobernante con 300 asesores no elegidos pero hiper remunerados. Un Ayuntamiento debe ser lago más que el cortijo y la agencia de colocación del partido gobernante. Digo yo.
¿Qué sentido tiene que el Ayuntamiento nos multe con 30.000€ por "el ruido" del Orgullo cuando subevencionaron hasta el transporte público y la estancia de los peregrinos que vinieron a ver al Papa?. Y eso que la comunidad LGTB deja bastante más dinero en la ciudad que los peregrino católicos. En fin no es cosa de meterse con las creencias de nadie. En el Madrid que yo quiero conviven en paz ateos y creyentes, musulmanes, hebreos o budistas. Madrid ha sido en el siglo pasado una ciudad abierta y tolerante con el forastero porque al fin y al cabo la mayoría veníamos de fuera. Ahora es una ciudad secuestrada por una mafia política realmente peligrosa y corrupta que cada día muestra más su autoritarismo en una especie de "Dictablanda" con la que pretenden frenar el inevitable derrumbe del regimen del 78.
Pero hay otro Madrid muy vivo en sus plazas y en sus gentes. Un Madrid que merece otro futuro y que ha empezado a construirlo.
#28F 2014